Hay lugares que recordaré toda mi vida aunque cuando regrese a ellos ya estén cambiados ya que todos ellos guardan hermosos momentos que aun llevo en mi memoria. Todas las personas que he amado en la vida son las que hacen que mis recuerdos tengan sentido porque aunque pase todo el mundo entre nosotros se que nunca perderé su afecto. Hay muchas personas que ya se han ido antes que yo y sé que a menudo pensaré en ellas, algunas han muerto y otras simplemente se fueron de mi vida sin decir adiós. No les guardo rencor, porque sé que tarde o temprano los caminos se cruzan y volveremos a encontrarnos, algunas han sido estrellas fugaces y solo les dio tiempo de decir: hola ¿como estas?, y aun así su amistad sigue siendo una lluvia de flores hermosas que envueltas en una tormenta sacuden el corazón y hacen que el aire de las habitaciones se perfume y el cielo de esa tarde se llene de colores. Hoy te quiero agradecer si en alguna etapa de mi vida te has considerado mi amigo y si no pase la prueba aun así te agradezco por dejarme intentarlo pero no sería yo si cambiara de tono, no me preocupa estar solo, la soledad es como agua fresca con la que se apaga la sed que siento. Sin embargo tengo mas amigos de lo que imaginaba, al menos eso es lo que me demuestran, veo el brillo en sus ojos, la sonrisa espontánea y la alegría que sienten al verme, hacen que me sienta en paz. A mis casi 38 años aun siguen apareciendo, no se cual fue el primero que tuve, ni cual estará conmigo hasta el final, lo que si se es que siempre se destacan por alguna cualidad que me trasmiten y con la cual están desde hace tiempo se ennobleciendo mi vida. Yo no tengo la pretensión de ser el primero, o el último en la lista de alguno, basta que me quieran como amigo. Jorge Guillén, uno de los grandes poetas de la generación del 27 española y que tuvo que exiliarse en 1936 en Bogotá tenía un enorme aprecio y sentía una gran devoción por los amigos. Un día el poeta le dijo esta frase a su amigo Ramón de Subiría cuando le dio posada en su casa: “amigos y nadie más, el resto; la selva…”
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