En mis años mozos de estudiante
mientras cursaba la preparatoria solía quedarme unos minutos después de clase
con un hombre muy sabio que además era mi profesor de física, fueron tantas
esas charlas que hoy recuerdo con cariño
al profesor Ponciano Herrera Jiménez, en
una ocasión recuerdo que yo había reprobado uno de sus exámenes lo cual me puso
muy triste, el me miro a los ojos y me dijo: “la mejor escuela del éxito es el
fracaso…” y desde ese día no he olvidado
esa frase. Y es que me hizo comprender
que la diferencia entre la grandeza y la mediocridad es la manera como uno ve
sus errores, es decir, todos fallamos porque está en la naturaleza humana
hacerlo, no podemos evitarlo. Sin embargo
la mayoría de las personas que conozco huyen al fracaso como si se tratara de
una mancha negra en su expediente o de una enfermedad incurable porque no
podemos entender que cuando nos damos
permiso para fallar, al mismo tiempo nos estamos dando permiso para superarnos.
Pablo escribió: “He aprendido a
contentarme, cualquiera que sea mi situación” (Filipenses 4.11) y hay que
recordar que había sido un náufrago, lo habían azotado, apedreado y apresado.
En todo eso, su fe le permitió mantener la perspectiva cuando se dio cuenta que
no tenía importancia alguna lo que otros dijeran de él, esto quiere decir que las mentes grandes
tienen propósitos y las mentes pequeñas están dominadas por los infortunios. Para
los hombre de los Andes el que aprende del error no se equivocó, está más cerca
de convertir lo profano en sagrado, no se preocupan porque saben que no hay
lluvia sin nubes, que no hay relámpagos sin tormenta, que el sol que se pone
volverá, que las estrellas regresarán por la noche, es decir que todo está
aunque no lo veamos, que lo invisible es tanto como lo visible, por eso no debemos
limitarnos a lo que creemos. Le daré un consejo querido lector, la próxima
vez que usted se encuentre envidiando lo que la gente triunfadora ha logrado,
piense que es muy probable que esas personas hayan tenido que pasar por muchas experiencias
negativas que usted no alcanza a ver en la superficie ya que al éxito se llega
a través de muchos fracasos. Si usted
realmente quiere ver realizados sus sueños tiene que salir y fracasar…
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