Esta mañana mi alma y yo fuimos a
caminar por el bosque, y al llegar a una loma, empezamos a buscar un sitio
solitario y escondido. Pero mientras
caminábamos a través del suelo tapizado de hojas secas te vimos sentada en una
roca gris. Al acercarme vi un rostro
con mil semblantes, cuyo brillo tuve que apartar, para ver cuán hermoso era, un
rostro lozano en el que estaban grabadas todas las cosas, lo sé porque lo veo a
través de la tela que mis ojos van tejiendo, y miro la realidad que está detrás
del tejido. Solo quisiera que creyeras en lo
que te digo y que confiaras en lo que hago, pues mis palabras no son otra cosa
que tus propios pensamientos, hechos sonido, y mis hechos son tus propias
esperanzas en acción. Quiero que sepas
que mi mente no mora en el viento, sino en el mar. Si a veces no puedes comprender mis
navegantes pensamientos, me interesa que los comprendas, no quisiera estar solo
con el mar. Tú siempre vienes con la
luz, del día que danza en las montañas, y de la sombra fugaz que se abre paso
por el valle; además puedes oír las canciones de mi oscuridad, y ver mis alas
que se agitan contra las estrellas.
Cuando me subes a tu Cielo yo salgo entonces de mi infierno y aunque en
ese momento me llamas a través de la distancia infranqueable que nos separa me
haces amar a la verdad y a la belleza, y en el fondo de mi corazón me enorgullezco
de que estés conmigo y me sonrió, pero debo hacerlo a solas. Eres buena, discreta y sensata; es más:
eres perfecta. Y yo, a mi vez, hablo contigo con sensatez y
discreción, pero... estoy loco. Sólo
que enmascaro mi locura porque mi camino está muy lejos del tuyo y, sin
embargo, caminamos juntos, tomados de la mano…
Maravillosas palabras que elevan el alma y encienden los sueños..
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